Medio millon de euros al día para la Iglesia Católica
El cardenal-obispo de Madrid Rouco-Varela dando la comunión a la alcaldesa, Ana BotellaEl cardenal-arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, debería haber cambiado el pasado viernes el lema del gran encuentro que inundó Madrid de familias tradicionales de peras con peras y manzanas con manzanas cristianas, muy al gusto de la flamante alcaldesa. El lema rezaba: “¡Gracias a la familia cristiana hemos nacido!” Pero hubiera sido mucho mejor “¡Gracias al Gobierno del PP porque los recortes no van con la Iglesia!”.
En el Boletín Oficial del Estado (BOE) que se publicó al día siguiente del magno evento, se detalla que “el Estado entregará, mensualmente, a la Iglesia católica 13.266.216,12 euros”, lo que suponen 442.200 euros cada día y 159 millones al finalizar el año 2012.
Rouco no demostró ser una persona agradecida. Los que mandan de verdad ya lo tienen eso de ir pisando fuerte, sin dar las gracias. Pero parece poco cristiano que, con la que está cayendo, y al recordar con rancio olor a naftalina que los tiempos “han sido y son difíciles para las familias, nacidas con el proyecto de constituirse y configurarse como una íntima comunidad de amor conyugal -del esposo a la esposa y viceversa-, fiel, indisoluble y abierto sin desnaturalizaciones voluntarias”, no mencionara también que para el 99% de las personas, para las que están en paro, para las que ven muy difícil su futuro sea cual sea su credo o inclinación sexual, los recortes y las congelaciones no ayudan en nada a poder llevar una vida digna… o en los casos más desesperados, ni siquiera una vida. Y, que en cambio, una renta más que suficiente como la que perciben sus amigos y amigas o, en el caso de la Iglesia, unos ingresos asegurados y pagados por todos nosotros, de lujo, permite capear perfectamente la amargura de la crisis.
Con las generosas dotaciones presupuestarias del sábado provenientes de nuestros impuestos, Rouco Varela y sus fans no tendrán que privarse, en tiempos de penuria, de las grandes superproducciones a lo Cecil B. DeMille, que suponen traer fieles de lugares muy distantes, bloquear el centro de Madrid y celebrar misas con más de 30 obispos presididos por el cardenal super-star Antonio María Rouco Varela.
El cardenal-obispo de Madrid Rouco-Varela dando la comunión a la alcaldesa, Ana BotellaEl cardenal-arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, debería haber cambiado el pasado viernes el lema del gran encuentro que inundó Madrid de familias tradicionales de peras con peras y manzanas con manzanas cristianas, muy al gusto de la flamante alcaldesa. El lema rezaba: “¡Gracias a la familia cristiana hemos nacido!” Pero hubiera sido mucho mejor “¡Gracias al Gobierno del PP porque los recortes no van con la Iglesia!”.
En el Boletín Oficial del Estado (BOE) que se publicó al día siguiente del magno evento, se detalla que “el Estado entregará, mensualmente, a la Iglesia católica 13.266.216,12 euros”, lo que suponen 442.200 euros cada día y 159 millones al finalizar el año 2012.
Rouco no demostró ser una persona agradecida. Los que mandan de verdad ya lo tienen eso de ir pisando fuerte, sin dar las gracias. Pero parece poco cristiano que, con la que está cayendo, y al recordar con rancio olor a naftalina que los tiempos “han sido y son difíciles para las familias, nacidas con el proyecto de constituirse y configurarse como una íntima comunidad de amor conyugal -del esposo a la esposa y viceversa-, fiel, indisoluble y abierto sin desnaturalizaciones voluntarias”, no mencionara también que para el 99% de las personas, para las que están en paro, para las que ven muy difícil su futuro sea cual sea su credo o inclinación sexual, los recortes y las congelaciones no ayudan en nada a poder llevar una vida digna… o en los casos más desesperados, ni siquiera una vida. Y, que en cambio, una renta más que suficiente como la que perciben sus amigos y amigas o, en el caso de la Iglesia, unos ingresos asegurados y pagados por todos nosotros, de lujo, permite capear perfectamente la amargura de la crisis.
Con las generosas dotaciones presupuestarias del sábado provenientes de nuestros impuestos, Rouco Varela y sus fans no tendrán que privarse, en tiempos de penuria, de las grandes superproducciones a lo Cecil B. DeMille, que suponen traer fieles de lugares muy distantes, bloquear el centro de Madrid y celebrar misas con más de 30 obispos presididos por el cardenal super-star Antonio María Rouco Varela.
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